Rosario (Argentina) La justicia dio lugar al amparo presentado por Marcela Ottone (transexual de 45 años). El fallo se dio en el mes de Diciembre del 2010 y estuvo a cargo de la jueza en lo Civil y Comercial Nº 3, Marta Gurdulich.

El pedido de Marcela no fue el único ingresado en 2010 con la representación de las abogadas Gabriela Durruty y Valeria Roso Ponce, también se registran dos amparos más en la Justicia que pertenecen a un hombre y una mujer, los dos son de la ciudad de Rosario, también se menciona que existen otros cuatro casos que serán ingresados en febrero de 2011.
El fallo abre oportunidades a Marcela para acceder a un trabajo, tramitar su jubilación, y ser tratada con el respeto que su condición merece sin sentirse discriminada, es un paso muy importante que permite que muchas personas puedan comenzar a identificar su realidad a través de los derechos civiles que les corresponden”, expresó la abogada.
Marcela expreso lo siguiente “No te podes imaginar como estoy, No termino de creer, Me parece un sueño”, no tiene palabras para definir este día que marca un antes y un después en su vida. “El mío es un caso muy particular. Los estudios médicos no encontraron ni disforia, ni enfermedades, ni desórdenes cromosómicos y los especialistas hasta el día de hoy no pueden decir a que se debe. Nadie se explica cómo tengo hasta piel vaginal femenina” dijo Marcela.
Entre los 4 y los 6 años, recordó, debió hacer bajo supervisión médica, un tratamiento hormonal para que dejen de desarrollarse hormonas femeninas en su cuerpo. “Había mucho desconocimiento y entonces me medicaron enseguida”, sin embargo, fue llamativo que a los 16 años tenía un contorno de cintura que no superaba los 59 centímetros y algo de pecho desarrollado. “Pero era la época de la dictadura militar y todo eso había que ocultarlo. Me vestía con ropa unisex aunque siempre me veían y me trataban como mujer”, señala.
Cuando pisó los 30 llegó la tan ansiada operación. “Si no la conseguía había dicho que me mataba, porque de verdad así no quería vivir más, en ese cuerpo no tenía lugar”, confiesa. Junto con la de las mamas es la única intervención que se hizo y le gusta decir que “fue para corregir sino para adecuar algo que ya sentía que estaba dado genética y psicológicamente”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario